Siempre había soñado con visitar la Isla de La Tortuga y finalmente pude hacer realidad ese sueño. El viaje en barco fue una aventura en sí misma. Al llegar, me quedé sin aliento ante la belleza de sus playas vírgenes y el agua cristalina. El recorrido fue largo, pero valió la pena.

Recorrimos la isla en compañía del guía, conocimos la historia de la isla.

Los días siguientes fue disfrutar del maravilloso paisaje y relajarse bajo el sol. La comida estaba deliciosa, Además, el lugar donde dormíamos eran camas balinesas, primera vez usándolas.

La tranquilidad y la conexión con la naturaleza fueron lo que más me impactó.

¿Qué si se las recomiendo? Por supuesto, fue una experiencia inolvidable que me dejó con ganas de volver.

«Nunca olvidaré mi aventura en Isla La Tortuga. Desembarcar en esa isla desierta fue como entrar en un sueño. Caminar por sus playas vírgenes, nadar en aguas turquesas y contemplar el atardecer desde la orilla fueron momentos mágicos. La sensación de libertad y conexión con la naturaleza fue indescriptible.»